Como les dije antes, me encanta escribir y en verdad tengo tiempo haciéndolo,no solo hago poemas, de hecho prefiero hacer historias, me encanta el drama, el romance, la pasión... muchas de mis historias hablan de amores. Pero no no me detengo en cualquier genero, luego les mostrare sobre que les hablo.
Esta noche, quiero mostrarles una de las que mas me gusta, es una historia corta que habla sobre el amor eterno, del alma gemela, es bella y un poco triste a la vez, me encanto escribirla, y de hecho, tengo dos historias que son sumamente parecidas, solo que cuando hice esta solo lo hice para una actividad en un club de escritores donde pertenezco (un espacio en un Foro) pero como fue tan larga, me tome la molestia de reescribirla y la reduje, pero son muy semejantes en verdad.
No hablare mas, espero les guste como a mi.
LAZO DORADO
Sentada en el banco de esta plaza, miro la alegría de los niños al jugar, escucho sus risas y las voces de las madres que se angustian por ellos “Cuidado””por ahí no”, yo no tuve una voz que me advirtiera lo que me pasaría, estar casi en la muerte o vivir para ella.
Me llamo Mia, soy maestra de una escuela, a diario comparto con niños de 4 y 5 años, su inocencia me enternece, siempre desde muy joven sabía lo que sería cuando creciera, esos angelitos quería estar con ellos… sentirme feliz con sus risas y sus ocurrencias. Mi madre fue una mujer ejemplar, igual que mi padre; pero ahora estaba sola, ambos murieron, si, la muerte se los llevo de mi lado… ella es la única culpable de mis desgracias y no solo por quitarme lo más preciado que un ser puede tener, sino por mostrarme el sufrimiento de perder lo que más quieres en este mundo y colmarme de una soledad inaguantable, sino por mostrarme eso… amor.
Una noche estaba dormida en la horrenda cama donde había pasado mis dos últimos años, rentaba un pequeño apartamento cerca de la escuela donde doy clases, era el único sitio medio habitable que encontré y pude pagar. Esa noche un gran estruendo hizo que me despertara, me di cuenta muy tarde, no podía ver nada y mi garganta, no dejaba de toser y sentía una gran presión en el estomago que me ahogaba, trate de abrir los ojos y no logre divisar nada.
-A…yu…da… - dije con mucha dificultad y apenas lograba respirar, fue en ese momento que sentí esa fría brisa.
Solo puede ver sus ojos tan oscuros y fríos como hielo.
-Ya llegue- fue lo que me dijo cuando me tomo en sus brazos, sin dificultad y me saco de aquel desastre, pensé que había perdido la razón, porque aquella persona me iria ayudar solo a mi, si alrededor todo necesitaban ayuda porque era un gran desastre.
Me llevo hasta lo más alto de un edificio que no se había destruido por aquel sismo que había despertados a todos en la ciudad, podía escuchar las sirenas, los llantos, los gritos… todo era un caos pero yo logre salir con vida y podía mirar la espalda de aquel que me acababa de salvar. Su traje era tan oscuro como esa noche, mire sus manos y eran blancas como la luz de la luna, note que mi ropa no tenía ningún color… no recordaba tener aquello puesto, era como si solo existiera en ese momento el negro noche y el blanco luna, no existían los matices del arcoíris.
-¿Quién eres? – le pregunte, ya no tenía dificultad de pronunciar vocablo alguno, no sentía mi garganta ahogada ni la presión en mi estomago.
-Shhh… todo acabara pronto – fue lo único que dijo, mientras seguía mirando a lo lejos el desastre que ahora era la cuidad.
No se cuanto tiempo paso, pero note que él se impacientaba mucho más que yo, y la brisa a esa altura era muy fuerte, pero a pesar de que solo tenía un camisón puesto no sentía frio.
-¿Qué sucede? – tenia muchas dudas no lograba estar tranquila mientras el solo estaba parado ahí, observando a lo lejos el desastre que era la ciudad.
-Debes esperar que vengan por ti- me contesto sin mirarme, solo seguía parado ahí, ni siquiera miro mis ojos, que estaban llenos de incertidumbres.
-¿Quién vendrá?
En ese momento volteo a verme, y sus ojos parecía como si estaban inquietos.
-No debes saber nada, solo espera – se volvió a mirar pero esta vez hacia el cielo, el cual estaba sin estrellas esa noche – tardan mucho – susurro y yo aun sin entender de qué se trataba y no saber quien vendría por mí, pensé por un segundo que seria rascada de esa azotea, pero luego no entendí porque estaba ahí, si hace solo un rato estaba a metros de distancia y en mi cuarto, el cual estaba ubicado en el centro de aquel desastre, ahora como magia me encontraba lejos y al lado de un desconocido.
-No puede ser -dijo de repente y se giro hacia mi y me cubrió con su cuerpo, sentí por un segundo que yo era él y que no tenia cuerpo, solo éramos dos almas unidas que ahora eran solo una completa y que no le hacía falta nada mas, ahora éramos luz, una luz inmensa y espesa.
No recordaba nada luego de aquello, al despertar me dolía todo, tenía unas fracturas en las costillas y la cabeza no la aguantaba, un brazo y una pierna rota. Estando ahí, llego uno de los bomberos que me rescato y no dejaba de sorprenderse que estuviera viva, insistía que había dejado de respirar, hasta que llegue al hospital y sin mas era como si mi alma hubiera vuelto.
Aquello me marco tanto, comencé a pensar que todo sobre aquel ser era solo un sueño que había experimentado al estar tan cerca de la muerte, que era un ángel que había ido por mi, recordé una historia que mi madre me contaba sobre el ángel de la muerte cuando murió mi padre.
Pero no fue un sueño, una noche al abrir los ojos él estaba otra vez ahí, miraba por la ventana, abrí y cerré varias veces los ojos por qué no creí, que fuera él, igualmente vestido con aquel traje negro y su piel como luz.
-Se que no entiendes nada – me dijo sin siquiera mirarme aun – tampoco soy el más indicado para hablarte de mi error, ahora estoy condenado a ti hasta que llegue tu hora.
No entendí ¿De qué condena hablaba?
Se volteo y pude mirar como tenia en una de sus manos una cinta blanca que al darme cuenta su otro extremo estaba pegada a mi.
-¿Qué es esto? – dije sorprendida, porque trate de tomarla y no pude, era como una ilusión, eso me asusto.
-Cuando te vi, pensé que era a ti a quien buscaba, y pude notar en tus ojos que me mirabas, y solo sucede eso si estás en tu momento, pero no, no lo entendí, ahora debo seguir tu vida, sin dejar que nada inesperado te suceda, solo que llegue a ti.
-No te entiendo… tu ¿Qué eres?
-Vine a tu mundo para guiar tu alma… pero tu alma aun pertenece aquí, me equivoque lo siento
Me quede en silencio tratando de concebirlo, pero no, era difícil ver como aquel ser tan celestial estaría pegado a mi… hasta que muriera.
Así fue mi vida desde ese desastre, Sun, ese era su nombre, vivía a mi lado, nadie lo podía ver, solo yo. Al principio era un poco incomodo, pero me toco acostumbrarme.
-El listón es muy corto, por eso debo permanecer junto a ti – me dijo mientras yo acostada en mi cama, el solo estuvo ahí, parado a un lado de ella, mientras el cansancio me vencía.
Yo podía mirar ese listón, aunque no lograba nunca tomarlo con mis manos. Cada vez veía que se volvía mas brillante, parecía oro puro, y Sun, siempre se portaba como si no miraba lo que yo hacía… permanecía pegado a la ventana, leyendo en un libro que siempre llevaba con él, como si buscara algunas respuestas.
Yo también necesitaba respuestas, así que una tarde entre a una biblioteca y busque en los temas de misticismo.
La palabra que encontré y que describía todo lo que Sun era, me lleno más de dudas.
-Si quieres saber de mi solo pregúntame – me dijo una tarde mientras estaba distraída buscando entre todas las notas de lo que había encontrado sobre su naturaleza – seguro que todo lo que soy no encontraras ni la mitad en esos escritos.
Lo mire y esos ojos suyos que siempre me miraban con indiferencia habían cambiado totalmente.
-¿Eres un Shinigami?
-Así nos dice también… somos muchas cosas, quizás los únicos que podemos ver más que cualquier ser.
En eso se me cayeron unos documentos y me incline, sentí de repente algo frio que rozaba la parte baja de mi espalda, me sobre salte.
-¿Cómo te hiciste eso?
El me había tocado, sus manos eran hielo, pero estaba más preocupado por lo que tenía en mi piel.
-¿De qué hablas? – le pregunte y como que no se dio cuenta de mi reacción al tocarme con sus manos frías, lo volvío hacer, levantando mi camisa y tocándome.
-Esta marca ¿Qué es?
Me solté de él y fui hasta el espejo.
-Ah…solo una locura que cometí hace mucho.
-¿Una locura? ¿qué locura te hace una sello tan perfecta? – no entendí a que se refería con perfecta, para mi era una mancha oscura en mi piel.
-De joven fui con unas amigas y nos tatuamos, mis padres se enojaron tanto que me hicieron ir a un doctor para que lo borrara quemándome la piel, pero me quedo esa mancha que parece una media luna…invertida
-Una media luna…invertida
Lo dijimos al mismo tiempo y me sentí extraña, en ese momento él se quito parte de su traje y me mostro su piel, casi en el mismo sitio tenía un lunar exactamente igual al mío, una media luna invertida.
-¿Co…como... puede ser? –le dije al tiempo que yo también tocaba su espalda, su piel de luz era fría, muy fría, pero él ni se sobresalto al ser tocado por mí.
-Es la marca de un Shinigami, todos tenemos una que nos recuerda porque lo somos, muchos dicen que es lo que nos une al mundo terrenal.
-Los une… - me sentí confundida, me deja caer en la silla y sin mirarlo o pedirle explicación el siguió hablando.
-Imagino que has notado el listón que nos une, ahora brilla mucho más que antes, comencé a buscar en mi libreta la razón por la que llegue a ti, pero solo esta cinta que nos une me da respuestas, comencé a tener estos extraños pensamientos que invaden mi mente, un shinigami no tiene recuerdos de su vida como humano, no sabe que lo llevo a ser lo que es ahora; pero mientras más tiempo estoy contigo, mas se la razón, y al ver tu marca que es idéntica a la mia se porque Sun ahora está unido a ti, y no por este lazo que tenemos amarrado a nuestros cuerpos, tú Mia fuiste la razón por la que ahora soy un Shinigami.
Al escucharle comencé a sentir un dolor en mi pecho, algo extraño que me hacia llorar, era como si un gran sufrimiento se adueño de mi corazón en el momento que escuche las palabras de Sun.
-No tenemos sentimientos porque somos seres neutrales, que solo hacemos nuestro trabajo, llevar las almas del mundo terrenal al mundo de los espíritus, pero al estar mas tiempo aca, me doy cuenta que admiro cada día tu belleza, tu dedicación a tu trabajo… y deseo estar siempre a tu lado. Es como si fui obligado a dejar este mundo que tu conoces para verte estar sola y morir en cada una de tus vidas, lo se porque al revisar mis registros siempre tuve algo que me unió a ti, la muerte de tu padre y luego la de tu madre, yo fui el que estuvo ahí, te vi llorar y sufrir y quedarte sola sin su amor.
-Tú eras el ángel que mi madre vio… - solo le dije entre mis lagrimas.
-Ella era un alma perfecta, me vio una vez que me materialice frente a tu padre cuando antes de morir solo dijo tu nombre.
-No puede ser… ¿pero porque?
-¿Por qué? Yo también me lo pregunte, y seguí revisando mis notas y me encontré con muchas almas que me hacen recordarte a ti, Mia; Porque todas eran tu alma.
-¿Tu crees en eso? – me levante y lo mire a los ojos, esos ojos tan frio, tan negros, más negros que la noche y que la ropa que siempre tenía.
-Estoy seguro que es asi, no tengo mas explicación – tomo el listón con sus manos y la estiro hacia mi – tócame, solo tu alma puede sentirme.
Lo toque, lo sentí tan frio, tome sus mano y el listón que nos unía se enredo en mi mano, en mi brazo y me atrajo mas a él, era como si ese lazo dorado tenia vida propia. Pude chocar con su pecho mientras mi corazón enloquecía de una manera desenfrenada, él miro mis ojos y casi pude notar un brillo, que antes no tenía pero que era casi del mismo color de aquella cinta que ahora nos rodeaba.
-¿Ves lo que te digo? Yo no debería de sentirme asi por ti…
Suspire y me pegue mas a él al sentir como sus manos heladas tocaban mi espalda por debajo de mi franela.
-Sabes, si toco el cuerpo tibio de un ser terrenal comienzo a perder mis fuerzas como shinigami, mi existencia fría comienza a desaparecer, porque soy luz y tu la absorbes con tu fuerza espiritual.
-No me toques…. – le dije casi derretida entre sus brazos de hielo.
-No puedo… no soy capaz… cada noche que te miraba dormir y tenía la necesidad de sentirte, pero cada vez que te tocaba, mi frio molestaba tu piel tan bella.
-Yo te sentía en mis sueños… en mi cabeza cada noche ese frio era fuego – recode por un momento, los sueños que me atormentaban desde que Sun llego a mi, esa pasión tan repentina que nacía en mi pecho y se apoderaba de todo mi cuerpo; ese que ahora sentía mientras que Sun se desvanecía ante mí.
Esa noche, Sun se acostó a mi lado en la cama, y yo solo lo miraba mientras él estaba sin fuerzas y con sus ojos cerrados, le pedí que no me tocara, quería que permaneciera ahí, pero él solo me dijo:
-No me importa desaparecer, perder mis fuerzas solo deseo sentirte… cada noche, cada día que estuve a tu lado, me preguntaba como seria estar así
-¿Así? – le pregunte mientras sentía como rozaba mi cabello y mi piel se erizaba
-Así a tu lado, junto a tu cuerpo… tocándote
Sonríe avergonzada, porque sus palabras eran dulces.
-Ahora lo sabes y dime: ¿Qué se siente?
-Es lo más maravilloso que puede existir en cualquier mundo, sea este, el tuyo o de aquel, el mío.
Sonreí y él se acerco a mí, poso sus labios helados en los míos tan tibios, aunque fría su boca era suave como el algodón, cuando cubrió la mía con un beso tan intenso y ahí fue cuando sentí como el listón color oro apretaba mi cuerpo apegándome más a él, a ese espíritu de luz que me mostraba el amor.
Ahora no sé cuando durare en este mundo, cuando la muerte me separar de él o cuando me volverá a unir a ese ser tan maravilloso que ahora está a mi lado, que lo une a mi no solo un listón color oro que brilla más que luz propia del sol, nos une su alma… y la mía, que se que ahora le pertenece por completo, porque con cada beso que me dé, siento como se funde en mi y es parte de este cuerpo que ahora nos separa.
La imagen del ángel no es mía, hice el diseño en Ps con una imagen pre diseñada, solo le puse efectos nada mas. espero no tener problemas por eso ya que la mayoría de mis historias les hago la presentación con una pequeña imagen como esta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario