viernes, 10 de junio de 2011

Una extraña a mi lado

Me pare frente a la puerta de la habitación que ella ocupaba hace más de 2 semanas, cuando la encontré a la orilla de la playa y llevaba ese vestido tan lindo pero completamente sucio y roto, me ofrecía a ayudarla, y ella ni así pudo reaccionar, la lleve en mis brazos hasta a la casa pues estaba completamente mojada, y temblaba de frio todo su cuerpo.
Cuando estuvo más tranquila, apenas me pudo contar una parte de su historia, ya que quedo rendida de sueño, en el sofá, yo me apresure a llevarla arriba, a la misma habitación que ahora quisiera entrar.

Decidí alejarme y darme un baño, podía recordar como rosaba su cuerpo contra el mío, esa tarde en la playa, la tome por la cintura, pensé que me rechazaría, pero no fue así, su pequeño cuerpo se amoldo a mis bruscas manos, la toque, acaricie sus caderas, sus piernas muy delgadas, hasta me dejo que la besara, y lo hice con pasión, introduje mi lengua en su boca, explorando con sumo cuidado cada centímetro de ella, pude sentir sus pechos, aunque eran pequeños, me agrado solo poder sostener uno en mi mano y taparlo completamente, pero ese momento fue interrumpido por un grupo pescadores, que se acercaron hasta la orilla…

Ahora en mi cuarto, no dejo de pensar que ella se encuentra precisamente a mi lado, y solo nos separa una pared de esa extraña que se ha metido a mi vida de tal manera. Aunque no lograba dormir, no me movía, aun tenía muchos deseos hacia ella; de pronto sentí que tocaron la puerta, me reincorpore y no dije nada solo mire como se abría poco a poco, era ella, solo me sonrió y entro.
-Siento despertarte – me dijo y se acerco, fue con la excusa de que había empezado a llover y los truenos y relámpagos la asustaron, sé que me deseaba, lo podía sentir… se sentó a un lado de la cama, aunque no me miraba a la cara, comenzó hablarme, hablaba sobre sus problemas, sobre como no entendía lo que había hecho, y lo que le habían hecho… “No tienes que decirme nada si no quieres” le dije, en verdad no la escuchaba, solo observaba como acariciaba su cabello, la forma tan coqueta como lo tomaba y lo colocaba por detrás de su oreja, cuando dejo caer su mano hasta su pierna, pude ver que solo llevaba una franela, que apenas le cubría la mitad del muslo, se veía realmente sexy, en la oscuridad de la noche…

Cuando sonó un relámpago, la vi estremecerse, pero no le dije nada, no sé porque estaba completamente callado, solo la admiraba. Después de un momento de silencio se levanto y se iba a marchar pero yo la tome por la mano con fuerza e hice que se volteara hacia mí, me senté en la cama con los pies sobre el suelo, la metí entre mis pierna y la empecé a acariciar, las caderas, las piernas, ella introducía sus dedos entre mis cabello, me pegaba hacia su cuerpo, le levante la franela y descubrí su ombligo, lo bese, mordisquee su estomago, ella se quejo, pero no se alejo de mi ni por un momento, me levante y me decirse de la poco ropa que tenia, la alce y ella por instinto me rodeo las caderas con sus delgadas piernas, volví a tocar sus pechos, igual o has con más pasión que aquella tarde en la playa.  La escuchaba gemir con fuerza, arqueaba su espalda,  cada vez que metía uno de sus pechos en mi boca, mordí su pequeños pezones tan erectos, el sabor de sus pecho me excitaba mucho mas, la tire en la cama, creo que con mucha fuerza, pero ella solo me espero hay acostada, me miro mientras me deshacía de mi ropa, me fui sobre ella la bese con mucha más furia y pasión, en verdad deseaba tenerla con todas mis fuerzas; casi muero cuando ella me dijo “te deseo…hazme tuya”, sus palabras me enloquecieron, solo humedecí mis dedos y los introduje en su sexo, ella estaba muy húmeda, en verdad me deseaba, levante sus piernas y las coloque sobre mis hombros, así la penetre, no lo pensé, no creí que la dañaria, pues ella emitió un chillido, me le acerque y le dije “Lo siento… “ y trate de moverme con cuidado, mientras entraba y salía de ella, mi cuerpo se ponía muy caliente cada vez que la penetraba, baje sus piernas la tome por la espalda y la levante, sin por un minuto dejar que mi miembro saliera de su fruto, me senté dejando mis pies sobre el suelo y ahora ella está sobre mí, empezó a cabalgarme; cuando el ritmo se acelero, yo la ayudaba con mis manos, la tome por las caderas y hacia que bajara con mucha fuerza… “No te pares… sigue… sigue…” le decía, eso le dio más amino, estaba muy excitada, sus gemidos eran casi gritos, estuve cerca de correrme y la volví a levantar, la coloque en la cama, boca abajo, dándome la espalda. Subí sus caderas y podía ver muy claramente como tu piel que rodeaba su sexo estaba muy enrojecida por lo que habíamos hecho, volví a penetrarla, esta vez me apoye en ella, tome sus senos con mis manos y la empujaba hacia mí, dijo mi nombre, lo repitió tantas veces… ahora sus gemidos eran mucho más fuertes… sentí como que todos podían escucharnos en ese momento del éxtasis, sentí como ella se corre y yo al mismo tiempo me corro dentro de ella, caí exhausto sobre su espalda, ella no se quejo por mi peso, pero igual me coloque a su lado, abrí los ojos y la mire; aun jadeaba, tenía los ojos cerrados y una pequeña sonrisa se  dibujaba en su boca, acaricie su espalda y me miro, era como si me agradecías ese momento, pero yo soy el que le agrace, lo disfrute mucho. No recuerdo en qué momento me dormí, solo que al despertar ya no estaba a mi lado, la busque por toda la casa y la extraña que había compartido 2 semanas maravillosas había desaparecido, sabía que no era sueño, pues una nota me dejo pegada a la puerta del refrigerador que decía: Gracias

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Este es uno de mis escritos con toque de erotismo, me encanta esta por ser una parte, se podría decir, de una historia que hice hace mucho tiempo, en verdad me lo inspiro mucho, la situación y todo, por eso ni use nombres ni nada, quise hacerlo así y como es una desconocida, es mejor no saber cual era su nombre.

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