viernes, 1 de julio de 2011

Palabras Prohibidas

Extraña…
Al voltearse, se fija que aun el puesto sigue vacio, solo había pasado pocos  día sin saber de ella, la extrañaba tanto, no podía ni concentrarse en lo que explica el profesor de algebra, Ewmón vira su cabeza y mira por enésima vez que  aun esta vacio el lugar donde siempre se sentaba Mei y recuerda como le sonreía al ver que la miraba.

Piensa…
No podía creerlo, aun no lograba digerir que ella se había ido y él nunca encontró el valor de decírselo, de confesarle lo que sentía.
Ewmón te voy a extrañar mucho” le había dicho mientras su boca apenas mostraba una sonrisa que él tomo como agradecimiento, sabía que el cariño que Mei tenía hacia él, no era lo mismo que había despertado en él.


-¡Ewmón! – escucho que lo llamaron, pero no quiso saber quien, porque se sentía tan abatido que le importaba poco quien fuera, al final no era ella y eso era lo que Ewmón necesitaba para sentir que su vida volvía a ser la de antes…


Recuerda…
Cuando esa tarde que los sorprendió la lluvia, ella lo abrazo y se dejo abrazar. 
-Tengo frio – dijo y se pego a él, Ewmón no supo cómo reaccionar, el también tenía mucho frio, su pantalón estaba mojado casi por completo, igual que el de ella.
-Vamos – le dijo mientras la jalaba a un lado de un tienda donde podrían protegerse y esperar hasta que la lluvia cesara, para seguir hasta sus casas.
-Ewmón, estas caliente…- se pego mas a él, aquello hizo que se pusiera aun mas nervioso… y ansioso, aunque conocía a Mei desde muy pequeños, ese año no se cómo se dio cuenta de todo, todo fue tan de repente que le era tan difícil comportante con tranquilidad cuando ella estaba.
-¿No te molestas si te abrazo? – no supo cómo se dio el valor de decírselo, ella lo miro con aquellos ojos color miel, tan dulces como su sonrisa…
-Si eres tonto Ewmón, porque me pides permiso si ya lo has hecho – se pego del muchacho y lo cubrió con sus brazos – además, sabes que me encanta que me abraces.
Y la abrazo con fuerza.

Sueña…
Verla  a su lado y poder sentir su boca, su humedad y tibieza, su sabor… ella le sonríe y él también, sus manos se unen, sus cuerpos se funden… “te amo”…  susurra ella a su oído y su corazón se acelera…

Piensa…
Que nada vale la pena, que ella ya no existe en su vida ¿que para quiere vivirla? “Te amo” palabras que revolotearan su cabeza… palabras que quizás nunca le diga… que quizás nunca más las sienta…. que se volverán prohibidas… que no saldrán de su boca.

Recuerda…
Como la rabia lo consumía cuando la vio con él… esos besos que siempre soñó, esos labios que deseo tener, ese “Te amo” que quiso escuchar, pero que ahora ella se lo dice  a alguien más, que no era a Ewmón… él no los escucharía, no de ella…

Sueña…
Que aquella tarde cuando Mei se despido era solo un sueño y que él la volvería ver, que estaría a su lado como siempre, como su amiga, como su confidente… amándola sin importar que no lo quisiera igual, solo estando a su lado, eso era suficiente.


-¡Ewmón! – no le importa quién lo llame, no quiere saber si no era ella…


Extraña…
Al terminar la escuela, los paseos que siempre hacían camino a sus casas, Ewmón la acompañaba porque la de él estaba en el misma vía; siempre hablaban, se reían,  Mei le decía cosas que lo hacían ilusionarse aun mas “Ewmón no se qué haría sin ti”… “quiero estar contigo por siempre”… moría por decir que él sentía lo mismo, que su corazón solo latía por ella.

Piensa…
Que quizá si se hubiera confesado, ella se habría quedado “que tonto” no creía, no podía creer aun que ella no estuviera, que se perdería de su compañía, de estar con ella… no existiría nadie como ella, como su Mei… solo Mei podía hacer que él amara de esa manera, tan profunda y con todo el corazón y el alma, ella era la única capaz de hacer que dejara de amar asi… solo si dejara de existir…

-¡Ewmón, Ewmón! – se detuvo, ya no quería avanzar más, estaba agotado de que lo llamaran y él solo quería estar con ella.
Miro y solo era un chica de cabellos rojos que parecía cansada.
-Ewmón… he estado llamándote imbécil ¿Por qué no te paraste?
-¿Qué quieres? – dijo sin ganas
-Toma, Mei me dejo esto para ti el día en que se fue – le entrego un sobre blanco que decía: Para: Ewmón de: Mei; se apresuro y lo abrió.

“Tonto, espere por tanto tiempo que me lo dijeras y nunca tuviste valor, ahora que debo irme solo desee que me lo dijeras que me abrazaras y me lo dijeras, como lo desee cada vez que íbamos a casa, como aquella tarde que llovió y me abrazaste ¡eres un tonto Ewmón! ¿pero sabes qué? Yo TE AMO”

-Yo también te amo Mei – palabras que se llevaría el viento, que nunca fue capaz de decir por creerlas prohibidas.



Quizás muchos se preguntaran por el titulo y les recuerden una canción, en verdad la historia esta inspirada en la canción Palabras Prohibidas - Hany Kauan,  muy hermosa que me inspiro esta historia de amor

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