miércoles, 1 de junio de 2011

Ladrón de Suspiros

Ladrón de Suspiros

Yo sabía que lo amaba, desde el preciso momento en que lo vi, su cabello casi naranja, me encantaba y más cuando se le cuelan los rayos del sol, él es hermoso, siempre lo he pensado, tenía unas pecas alrededor de la nariz que lo hacían ver más que infantil, y cuando sonreía, se le hacían unos hoyuelos en las mejillas, eso me hacía perder la razón, sin embargo cuando estaba muy serio, se le hacia una arruga en medio de la frente, y su expresión cambia completamente, lo hacia parecer mayor, pero lo que más amaba de él, era esa voz tan profunda, que cuando la escuchaba me hacía erizar la piel, mas sin embargo ni siquiera sabe que existo, hasta este día.
Lo siento, no me he presentado, me llamo Konoe Hitomi y el chico de quien estoy enamorado no es más que Hotaru Takeshi, excelente estudiante, excelente deportista, excelente, excelente… ese debería ser su nombre, y también esplendido y hermoso, quizás él no me haya volteado a ver por ser también un chico, pero a mí eso no me importa, igual lo amo.

Como siempre estos chicos me molestaban, no me dejaban en paz, un día era la comida, otro el dinero, y muchas veces eran las tareas, siempre lo hacían al salir del instituto, eran tres fortachones que para evitar que me golpearan yo le daba lo que me pedían, pero uno de ellos siempre me golpeaba al final, no importa si yo le entregaba todo, terminaba con una patada en el estomago, o en la ingle; hoy no hubo excepción, solo que esta vez pude divisar desde el suelo, mientras me  revolcaba del dolor por la patada que acababa de recibir, unos zapatos, pero lo que más me impresiono fue su voz, cuando la escuche, no lo pude creer, era mi amor, pero que hacia ahí?
-Qué pasa? que están haciendo? – dijo con tono de reclamo
-No te metas Takeshi, este no es tu problema – dijo uno de ellos.
Escuche desde el suelo, el ruido del golpe de un puño contra la cara, y a mi lado el mismo que siempre me golpea, pude ver que salía de su boca un hilo de sangre.
-Pues si es mi problema, como lo vez? – su voz era cada vez mas furiosa – él es mi amigo, y no me gusta que imbéciles como ustedes lo molesten.
-Eres amigo de un afeminado como este?
Volví a escuchar un golpe y luego un chillido de dolor
-Que te pasa? te volviste loco Takeshi? Esto me lo vas a pagar!
-Naaa … yo no le debo nada a imbéciles, a demás ya ustedes me cansaron, así que mejor se van.
Escuche como se marchaban, murmurando venganza a Takeshi; yo sin aliento por el dolor y también por la presencia del pelinaranja, ese que me roba los suspiros. Me ayudo a levantarme, no podía estar derecho, me ayudo apoyarme en la pared, y él estaba muy cerca de mi,  saco un pañuelo y me limpio la boca, que luego vi como estaba lleno de sangre.
-No entiendo porque te dejas hacer esto – me dijo de repente, su voz gruesa se oía calmada – esos tipos no son nada, deberías de negarte y ya.
-Si,  pero igual me golpean – logre decirle, viendo como se guardaba su pañuelo lleno de mi sangre.
-Solo son unos imbéciles, ya verás que no se meterán más contigo.
Me dijo eso y me sonrió, casi me desmayo, al ver esa sonrisa tan cerca de mi, podía hasta tocarlo, si quería, pero al pensar que los dos somos chicos, seguro que me rechaza, y a esta distancia, me parecía aun mucho más hermoso.
-Ven, te acompaño para que no te vayan a molestar o través – me dijo y me tomo por el brazo, su mano era tibia.
-No.. no… no es… es necesario – no podía hablar bien con solo su roce – pue… pue… puedo ir solo.
-No yo insisto, no se sabe con esos tarados.
Recogió mi bolso y lo llevo, me sentí por un segundo como una princesa rescatada por su príncipe.
En verdad me agrado su compañía, no solo era hermoso, si no sumamente simpático, yo apenas hablaba, él acaparo la conversación, había veces que nuestros ojos se cruzaban, yo me ponía muy colorado, y solo trataba de disimularlo, pero sentí que él lo notaba, al llegar hasta mi casa se despidió diciéndome:
-No habrá problema si mañana te acompaño otra vez? Es que no me gustarían que eso imbéciles se volvieran a meter contigo Hitomi
Me sorprendí al escucha que sabia mi nombre, pero no me pude negar, pues él ya se había marchado y yo me quede sin palabras.
Al otro día estaba bien inquieto, pero no quise ilusionarme, como Takeshi, ese mismo del cual me había enamorado un año atrás, me podría acompañar por segunda vez hasta mi casa?, lo del día anterior me pareció un milagro, y soy de los que piensa que los milagros no suceden dos veces a la misma persona, pero estaba equivocado, cuando salí de clases, lo mire a lo lejos, estaba recostado de la puerta del instituto, miraba muy impaciente su reloj, y yo? Pues no sabía que pensar, hasta que se dio cuenta de mi presencia y sonrió, sus hoyuelos me mataban, pero trate de aparentar tranquilidad.
-Pensé que ya te habías ido? – me dijo – estaba pensado en ir a ver si te estaban molestando otra vez
-No, es solo que hoy me tocaba la limpieza del salón de clases, por eso tarde – no que le importara mucho lo que estaba haciendo, pero tenía la necesidad de disculparme por haberme tardado.
-Vamos? – y comenzó a caminar.
Eso se repitió por unas semanas, y hasta un mes, él me esperaba siempre a la salida, empezamos hasta comer juntos, era su amigo, y yo aun lo amaba, me sentía muy bien al compartir con Takeshi, aunque no se imaginaba lo que yo sentía por él, siempre estaba conmigo; yo creo que Dios me sonrió, ya que estar a su lado fue lo mejor que me pudo haber pasado.
Sus ojos a veces me miraban, y yo trataba de ocultar mi rostro sonrojado, y mi nerviosismo si por error nos tocábamos; siempre hablaba de lo que le gustaba, su pasión por los deportes, su familia, hablaba de todo, yo muy poco, solo lo escuchaba, me gustaba sentirme su confidente, aunque mi corazón solo latía por su presencia.
Ese día me pidió que lo acompañara a un lugar, no le pregunte a donde, solo lo seguí, para mí era suficiente estar con él. Llegamos a un sitio que me pareció muy hermoso, era un parque, que atravesaba un lago; sucedió algo extraño, de repente estábamos como solos en el planeta, no había nadie a nuestro alrededor, sentí como su mano roso la mía, me disculpe, porque pensé que era mi culpa, él solo sonrió; su mano volvió a rozar la mía pero esta vez él entrelazo sus dedos con los mío, yo no podía moverme, ni siquiera lo mire, sentía que mi corazón se había detenido, seguimos caminado así, tomados de la mano, ya Takeshi, no hablaba, solo podíamos escuchas la brisa al mover las hojas de los arboles, de repente él me jala y me lleva hasta donde estaban un grupo de árboles, nadie podía vernos ahí, me pego de uno de ellos, y me miro, su mirada era extraña, no me soltó la mano ni por un momento, mi corazón que ya había empezado a latir, quería salirse por mi boca, él se me acerco tanto que podía sentir su respiración, estaba nervioso igual que yo, su rosto tan colorada que podía divisar muy bien sus pecas.
-Hoy me decidí – empezó a decirme – ya que esperaba que tú fueras él que se me declarara.
Estaba muy nervioso al escuchar sus palabras,  no lo podía creer.
-Pero se que tu timidez no te lo permitiria, así que quise ser yo el que diera el paso – se mojo los labios, y eso hizo que me robara un suspiro – sé que mi actitud no era la más adecuada, y quizás hacia que te alejaras de mi, por eso cuando esa tarde te seguí y vio lo que te hacían eso imbéciles, tenía la excusa perfecta para llegar a ti, me hice tu amigo, porque me gustas, pero aun sabiendo que yo te gusto también, nunca me decías nada.
Volvió a mojarse los labios, y se los mordió, era como si sus palabras quisieran salir de su boca y el trataba de retenerlas.
-Pero ya no aguanto más…
Eso fue lo último que me dijo me tomo por la nuca, acaricio mi cabello y me acerco a él, uniendo nuestros bocas en un beso suave, yo que era inexperto, sentí como él me guiaba con sumo cuidado hacia el deseo, mordía mis labios, los besaba, exploraba mi boca con su lengua, me besaba el cuello, luego volvía hacia mis labios, yo no aguante mas y lo abrace, él también lo hizo, me apretaba con fuerza, podía sentir como nuestros cuerpos encajaban perfectamente, olvidamos donde estábamos, y también que ambos éramos chicos, solo compartimos ese momento de gloria, donde ambos nos entregamos en un beso, los suspiros, el deseo eran parte de ello, Takeshi se aparto por un segundo de mi,  y  no lo pude evitar.
-Te amo – fueron las palabras que salieron de mi boca.
El sonrió y volvió a besarme.

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Bueno, este fue mi primera historia yaoi, la escribí para enfrentarme en un reto (así le decimos a las actividades que se hacen en los foros, entre escritores de fanfics) pero al final no había leido bien las especificaciones del escrito y no me sirvió, pero para el reto, como me gusto tanto por ser tan bello y romántico, y me encantan las historias entre chicos, AMO EL YAOI!!!.
La imagen fue uno de los avatar que utilice cuando estuve en el foro, me gusta porque me hace recordar esta linda historia.

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